2/3/12

SOLTAR AMARRAS


¿Cuántas veces he escuchado esta expresión?; “soltar amarras…”.

Pero como todos lo dichos, no conocemos su verdadero significado hasta que no experimentamos el momento o la situación en la que se nos antoja imposible el no nombrarlas.

Pues hoy he tenido que hacerlo, hoy empiezo una nueva vida, porque así lo sintió mi corazón cuando miró atrás y vio el piso vació, dejando atrás cuatro años de mi vida.

Incluso al cerrar las puertas mi mente consiguió retroceder en el tiempo, para recordar momentos vividos en esas cuatro paredes, dejando asomar una lágrima en mis ojos.

Que puedo contar de esta etapa… puff miles de recuerdos, lágrimas, risas, fiestas, angustias, saltos, disfraces, cumpleaños, comidas, películas,… pero sobre todo gente, mucha mucha gente…

Personas que se sentaron en ese sillón, que durmieron en esas camas, que cocinaron, que vivieron, que miraron, que soñaron, que besaron y abrazaron…

He experimentado muchos sentimientos por primera vez en esa habitación; he querido, he amado, he llorado hasta la extenuación, he reído hasta llorar, pero sobre todo he sentido,… convertí un piso de alquiler en un hogar, mi hogar… donde me sentía segura, a salvo del mundo que se peleaba ahí fuera, mi refugio… donde podía estar rodeada de gente y donde podía estar sola.

Y cuesta, claro que “cuesta soltar amarras”, dejar atrás cuatro años cargados de buenos y malos momentos, porque así ha sido mi vida en este tiempo. Una montaña rusa, que me hizo tocar el cielo cuando estaba arriba y bajar al infierno cuando estuve abajo. Pero todo eso queda atrás con miedo y a la vez con satisfacción de haberlo vivido.

“Cuesta soltar amarras”, hoy yo conseguí hacerlo, mas por lo que dejo atrás, que por el hecho de cambiar de hogar… Porque hoy al cerrar las puertas, decidí cerrar también capítulos de mi vida que aunque ya estaban casi muertos había que darle un último empujón.

Y se quedaron allí, en esa habitación, en ese salón, en esa cocina, en esa cama, dejo un colchón cargado de pesadillas y de sueños… puffff, como cuesta “soltar amarras”…

21/2/12

MI RINCÓN


Pueden ser miles las veces que miré este cielo, que mis ojos se perdieron en el infinito de este manto de estrella y siempre en el mismo lugar, donde las raíces permanecen impasibles al tiempo.

Todos tienen un rinconcito para pensar, para pedir y gritar al viento lo que deseas, lo que anhelas y yo lo tengo no muy lejos de mi infancia, de mi juventud, de mi madurez… lo encontré en mi hogar, cuando todo está en silencio, cuando el mundo está dormido inmerso en múltiples sueños.

En ese momento, en ese instante es cuando salen a volar mis entrañas, mi interior para encontrarse conmigo misma.

Salgo a la terraza y escucho el silencio de la noche, para que mis oídos solo puedan percibir el sonido de mi corazón, de cada pensamiento que revolotea en mi cabeza para encontrar la respuesta lanzadas al viento sin destino definitivo, y no siempre encuentro lo que busco, y no siempre me alivia, pero es mi momento de ser libre, y está aquí cerca.

Donde la felicidad y la esperanza se me antojan mas tangibles… en casa.